2 feb 2017

Características del niño y la niña de 1 año.


En el desarrollo evolutivo de los niños de 1 a 2 años  se producen cambios de gran magnitud  tanto físicos como intelectuales,siendo en un principio personas que dependen en su totalidad del adulto para pasar a  adquirir progresivamente destrezas físicas que le proporcionarán independencia y autonomía.

Este período está básicamente orientado a establecer relaciones con el mundo exterior. El niño se adapta a situaciones nuevas, no sólo utilizando esquemas ya adquiridos, sino buscando y encontrando medios nuevos. Inicia la conquista de su autonomía, manteniéndose de pie y dando sus primeros pasos, cada vez con mayor seguridad.


También a esta edad comienza a interiorizar ciertas prohibiciones, motivo por el cual interesa que éstas sean pocas, fundamentales y permanentes, lo que le dará seguridad y confianza, ayudándole a estructurar sus pautas de comportamiento.

Se observan enormes progresos de control y dominio general del cuerpo. Alrededor del año y medio, complejiza sus habilidades en el andar: lo hace hacia atrás, pisa pequeños objetos del suelo y otras acciones similares. Sólo cuando el andar se haya automatizado, dejará de ser interesante como tal para él. El andar va a permitir al niño orientarse en el espacio, conocer más y mejor los objetos de su alcance y manipular mucho más.

A esta edad, aprenderá la función que tiene cada objeto, que es lo que se conoce como "actividad objetal", vale decir, le dará a cada objeto, el uso que le corresponde.

Asimismo, el lenguaje se irá desarrollando de forma importante, sobre todo a partir del año y medio. Es crucial que el niño vaya ejercitando este aprendizaje con un adulto, para lo cual se puede aprovechar su creciente interés por los cuentos. De esta manera, el niño irá perfeccionando la comprensión del lenguaje, y desarrollando el suyo propio.
Es importante destacar que en este período existe un desfase entre la comprensión y la producción del mismo, ya que la primera está más avanzada que la segunda. Si más allá de los dieciocho meses, no se ha producido la emisión de la primera palabra, será necesario consultar a un especialista infantil.

En el segundo año se consolida la actitud del niño ante la limpieza, ya que se produce, a finales de éste, el control de los esfínteres. Para ello y para que esa actitud sea positiva, se le debe facilitar el juego con elementos tales como arena, barro y agua, dejándole libertad de exploración. No se le deben imponer hábitos de limpieza, sino que ayudarle para que éstos se vayan formando.

En esta etapa el niño va a mostrar mucha avidez e inquietud por conocerlo todo, y su curiosidad le llevará también a explorar diferentes partes de su cuerpo. Es alrededor de los 2 años que surge el "no" como organizador de la conducta. Es la etapa de la negación frente a todo, y también ante la comida: ello puede convertir el momento de comer en un acto realmente difícil. Ha de tenerse presente que el "tocar" es, especialmente en estos momentos, una necesidad normal en su desarrollo, y la comida quedará también incluida en este sentido. Por lo mismo, se debe intentar, en lo posible, ser permisivo en este tema.


Características Evolutivas del niño  de 1-2 años

➽Desarrollo psicomotor:
A esta edad el niño pasa por diferentes fases de desplazamiento desde el volteo y el gateo hasta que logra caminar él solo.
Entre estas fases el niño debe vencer la dificultad que le supone mantener el equilibrio, primero sobre algún punto de apoyo (una persona, una barandilla, un mueble…) para finalmente permanecer de pie sin ayuda alguna.
 Es en este momento cuando el niño logra dar sus primeros pasos. A medida que domina la acción de caminar puede ir combinando dicha acción con otras de manera simultánea, como caminar y volver la cabeza hacia atrás, portando objetos…

La posibilidad de caminar le abre al niño un enorme abanico de posibilidades, ya que le permite explorar el entorno de un modo mucho mas amplio.
Debemos facilitarle y animarle su espíritu aventurero, pero siempre bajo la vigilancia de un adulto, ya que el niño no es consciente de los peligros que le rodean.

Antes de los 18 meses comienza a sentir curiosidad por los útiles gráficos y realiza sus primeros garabateos. Le gusta jugar con papeles (arrugarlos, rasgarlos, hacer bolas con ellos…) y sacar y meter objetos de los recipientes. Sus movimientos se van haciendo cada vez más precisos. A partir de los 18 meses los trazos son más firmes,  el niño puede inclinar un recipiente para vaciarlo, pasar páginas de un libro y realizar actividades que le dan autonomía como comer solo manejando la cuchara.

Al final de esta etapa es capaz de correr, saltar, dar patadas a una pelota, bajar escaleras solo.

➽Desarrollo cognitivo
En esta etapa las acciones del niño comienzan a caracterizarse por tener una intención. El niño no actúa porque sí, limitándose a responder a los estímulos, sino que comienza a comprender las consecuencias que tienen las acciones, mediante la experimentación y el descubrimiento por ensayo-error.

Comienza también a desarrollarse la comprensión de la permanencia de los objetos, esto es, comprende que aunque un objeto desaparezca (porque lo escondamos por ejemplo) sigue existiendo, y es un buen momento pues para realizar juegos de aparecer-desaparecer.

En torno a los 18 meses, empieza a realizar pequeñas asociaciones y emparejamientos y entender algunos conceptos (grande-pequeño, colores…).


➽Desarrollo del lenguaje

La adquisición del lenguaje comienza primero por la comprensión de palabras (juguetes, objetos cotidianos de frecuente uso, algunos animales o partes del cuerpo…) órdenes (del tipo: dame o toma), a la que posteriormente se unen las primeras emisiones del niño.

A los 12 meses comienza la etapa lingüística. El niño es capaz de integrar y relacionar un contenido o idea con determinados objetos. Lo más característico de esta etapa es un lenguaje especial que se denomina jerga: emite una serie de sonidos con cierto ritmo y entonación, aunque no todos lo utilizan de la misma forma. Parece que mantiene una conversación en un idioma que sólo él mismo entiende.

Es  frecuente el uso de onomatopeyas para nombrar algunos objetos o animales. Debemos respetar esta etapa por la que pasa el niño, pero corregirle repitiendo el nombre del objeto o animal correctamente para que vaya interiorizando el nombre real. Sus primeras frases constan sólo de una palabra, y al final de este año el niño es capaz de construir frases de tres palabras.

El lenguaje aún no está muy articulado. El niño/a se apoya en los gestos para comunicarse porque le falta expresividad verbal. Las vocalizaciones aumentan progresivamente. A medida que avanza el año nombra un número cada vez mayor de objetos. Entiende muchas más palabras de las que es capaz de pronunciar y comprende palabras y órdenes sencillas.

La compresión oral progresa rápidamente y utiliza una determinada palabra para expresar un amplio contenido que sólo es comprendido por quienes le rodean, en función del contexto y apoyado por los gestos. El vocabulario aumenta considerablemente, aunque no todos los niños progresan al mismo ritmo. Es capaz de responder a órdenes sencillas (recoger, guardar, buscar, sentarse…) y de combinar algunas palabras (ya está, se acabó…).

A lo largo de esta etapa irá mejorando el nivel de comprensión y expresión oral, aumentará el vocabulario y responderá a órdenes cada vez más complejas

En cuanto a la comprensión comienza entendiendo órdenes y respondiendo a ante estas.
Reconoce objetos al nombrarlos y los señala.
Cuando le enseñamos objetos debemos acompañar su nombramiento señalando el objeto y posteriormente limitarnos a nombrar el objeto sin indicarlo gestualmente, para comprobar que el niño comprende y asocia realmente la palabra al objeto.

En cuanto a la emisión de palabras, el niño comienza apoyando sus verbalizaciones con gestos (por ejemplo, señala el biberón y pide agua). Es frecuente e luso de onomatopeyas para nombrar algunos objetos o animales.
Debemos respetar esta etapa por la que pasa el niño, pero corregirle repitiendo el nombre del objeto o animal correctamente para que vaya interiorizando el nombre real.

Hacia los 18 meses su vocabulario ronda las 10 palabras (normalmente juguetes o personas cercanas, aunque también puede nombrar alimentos o partes del cuerpo).
Sus primeras frases constan solo de una palabra, y al final de este año el niño es capaz de construir frases de tres palabras.

➽Desarrollo personal-social:
El niño de 1 a 2 años adquiere una serie de habilidades que permiten iniciarse en el desarrollo de su autonomía.

Se reconoce en el espejo y puede ponerse alguna prenda de vestir por si solo.

En la alimentación, hacia los 18-20 meses podemos iniciar al niño en el manejo de la cuchara.

Hacia el 15º mes de vida,  puede participar de su cuidado e higiene lavándose las manos, y a partir del año y medio podemos comenzar a colaborar con el niño para que controle sus esfínteres, observando las horas en las que habitualmente reposiciona y orina, ayudados por su interés por comunicarnos sus ganas de ir al baño.

En cuanto a la socialización, el niño comienza a tomar conciencia y distinguir entre él mismo y la gente que le rodea.

Su juego empieza siendo de un modo solitario, pero poco a poco se relaciona con sus compañeros, comparte juguetes…

Al niño de 1 a 2 años le gusta jugar con todo tipo de cosas, manosear, desmontar, descubrir. Para él o ella, tocar es aprender. Es muy curioso, observa a los demás y aprende de las relaciones que establece. El juego es un medio para relacionarse con el entorno y lo guía, con mucha frecuencia es la imitación del adulto. Aprende de las relaciones que establece con los demás.

El niño vive en ésta etapa un sentimiento de confianza básica producida por la seguridad que le da el adulto con sus cuidados, de alimentación, higiene o sueño y de desconfianza cuando su mamá se va o se encuentra en una situación extraña.
Por eso es importantísimo el afecto, la comprensión, el cariño y el respeto que le conducirá a sentirse seguro e independiente.
     
 Al niño  de esta edad le encanta “tener público”, repite todo aquello que sabe que ha hecho gracia. Es capaz de expresar utilizando diferentes medios, distintas emociones: celos, alegría, tristeza, simpatía, ansiedad, extrañeza, desconfianza… A mediados de este periodo puede comenzar a desafiar la autoridad del adulto. Simplemente está reafirmando su personalidad y autonomía. Por eso su palabra favorita suele ser “no”, le encanta la provocación y mide su influencia sobre el adulto.

Fuentes consultadas:
http://www.psicologiainfantil

http://ptximeleta.blogspot.com.ar

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